Lo mejor de la fotografía es poder inmortalizar esos momentos mágicos que nos regala la vida para poder recordarlos eternamente, poder rememorar esas sonrisas y caras de felicidad. Cuando se trata de retratos, la fotografía permite inmortalizar la magia que desprende cada persona, esa esencia que desborda cada uno y que cautiva a todos los que están alrededor de ella.
Cuando se trata de retratar a alguien a quien quieres, tratas de que la gente que vea las fotos sea capaz de percibir todas esas cualidades que posee esa persona. Pretendes que se sienta a gusto y sea feliz para poder inmortalizar sonrisas sinceras, guardándolas para siempre y esperando que esa persona por siempre permanezca en ese estado, feliz. Porque ojalá querida amiga mía seas eternamente feliz.